Cansino.
Casi-nefasto.
Asíndeton.
Monotonía por desinfectar.
Y sin comerlo (sí bebiéndolo), dos lúcidas mentes conectan en un instante eterno.
Con torpes y oxidadas líneas, con copas de más y alguna denigrante imagen conmovedora.
No es el porqué, para qué, cuándo ni dónde. Es con quién conectas, acompasas el descontrol. Con quién compartes cómplices sonrisas. Con quién conviertes un recóndito bareto en Macondo.
Con,
no sin.
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